No, no somos de los que abandonan el barco ni de los que se rinden. No somos la orquesta del Titanic.
Somos los que lo dan todo y nunca se rinden intentando remar para sumar y trabajar por el bien de nuestro escudo en cualquier circunstancia, y por eso exigimos en voz alta que los demás también lo hagan: entrenador, jugadores y directivos, entre otros.
Porque tenemos derecho a hacerlo y exigir como valencianistas que solo quieren ver a su equipo ganador y a un club en mejores condiciones.
El tiempo se acaba y nuestro destino no es la mediocridad, ni la indiferencia, ni el fracaso.
La historia nos da este jueves otra oportunidad, y todos sin excepción deberemos de estar a la altura.
Porque pasarán los jugadores y las directivas, y lo único siempre estará somos nosotros, para seguir empujando hacia la reconquista de un orgullo y una grandeza que no debe quedar solo en el pasado sino que debe ser una garantía y una esperanza de futuro. Y quien no esté en ese camino, mejor abandone.
Seguiremos animando al equipo por el escudo y lo que representa, porque está por encima de todo y de todos, pero también exigimos y exigiremos responsabilidades a quien corresponda ante una decadencia social y general que no permitiremos que acabe con el espíritu de Mestalla. Porque esta exigencia es parte de nuestro compromiso.
No somos conformistas y no debemos nada a nadie: somos libres, independientes y valencianistas. Estaremos peleando hasta el final, en las buenas y en las malas, porque nunca nos rendimos.
El que quiera entender que entienda y el que quiera sumar su corazón y su músculo en esta lucha que nunca se acaba, ya sabe lo que hacer.
¡Seamos La Curva!
¡Amunt Valencia!