El tiempo de la nefasta gestión de la actual directiva del Valencia CF debe acabar ya. No entendemos otra mejor solución que abandonen el club cuanto antes, ya que han sido incapaces año tras año de mantener un proyecto social y deportivo digno de nuestra historia. Hace tiempo que perdió toda credibilidad como gestores de nuestro club y su rumbo social y deportivo camina en declive y a toda velocidad hacia la inoperancia y el fracaso.
No debemos nada a los gestores actuales y esta es nuestra mejor garantía para decir lo que pensamos. Así ha sido desde el principio por más que algunos digan lo contrario, y nos referimos sobre todo a los que no han podido manejarnos.
Somos un grupo valencianista con criterio propio. No pensamos que el apoyo al equipo deba desaparecer, y desde luego tampoco la presión al entorno. Si nosotros la sufrimos cada semana, la deberán sufrir todos: palco y banquillo.
Dijimos que queríamos una grada libre e independiente, y así lo es tanto para la animación como para las protestas. Así se ha demostrado partido tras partido para quien quiera entenderlo. En la grada conviven muchas formas de entender el valencianismo y desde La Curva nos comprometimos desde el inicio a respetarlas, a no ser ni coaccionadores ni manipuladores de una sola forma de ser o de pensar que no sea lo que nos une: trasladar al equipo nuestra la pasión en el campo.
Entendemos y aceptamos las críticas como grupo, pero no nos deis tanta importancia. Muchas de ellas nos importan bien poco. Siempre las ha habido, hasta cuando se criticaba a las directivas o a los jugadores. El que arriesga, se expone. Y el que se expone es blanco fácil en un momento de alta tensión. Es duro e injusto, y sabemos de sus intenciones, pero no es nada nuevo. Estamos y estaremos hasta el final con cada uno de los nuestros.
Siempre nos ha guiado la ilusión. Muchos ponemos nuestro tiempo y mucho más en esto semana tras semana, sorteando las limitaciones que impone en la calle la policía con los recibimientos y las sanciones, y en el campo el propio club con la excusa de la Ley del Deporte, el tamaño de las pancartas, la publicidad del campo, el largo de los palos de las banderas, la prohibición de los tifos, el volumen del micro, de no poder llegar a todos los lados de la grada con más grupos sobre la barandilla. Aun así hasta ahora hemos hecho lo que hemos podido, sin quejas ni lamentos. Hemos conseguido que Mestalla tenga por momentos un ambiente que hacía años que no tenía dentro y fuera del estadio, pero lo cierto es que la situación de tensión y la deriva negativa ayudan más bien nada a que esto se mantenga.
Ya lo dijimos al llegar: seguiremos siendo libres de cuestionar a la propiedad, a la directiva del club, entrenador y jugadores cueste lo que nos cueste, pero no entraremos en enfrentamientos entre valencianistas, pues entendemos que ese no es el camino.
Seguiremos exigiendo máximo compromiso dentro y fuera del campo. Si no lo hay (y es evidente que no lo hay) por parte de todos (propiedad, directiva), lo que queda de esta temporada va a ser realmente trágico. Y todo ya apunta a que así será.
Los responsables del club deben de mostrar un mínimo de dignidad y respeto a la afición y dejar paso a otros que puedan tener otras intenciones más respetuosas y al nivel de nuestra historia y nuestro destino como club y como afición.
El tiempo de ellos se ha acabado, el de la afición nunca debe de acabar.
Nunca nos rendiremos.
Amunt Valencia